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NADA SUELE SER LO QUE PARECE
EstĆ”bamos tan acostumbrados a montar “belenes” que si la fiesta de la Playa, que si la fiesta del Terror, la Romana, mĆ”s las fiestas de las tardes, que cuando habĆa alguna semana en la que no tenĆamos jaleo les decĆa: -Chicos esta semana no hay que montar ningĆŗn BelĆ©n.
Era a principios de Enero, las navidades habĆan ido sĆŗper-bien, y llegamos a Enero con la necesidad de retomar fuerzas para la siguiente campaƱa, pero como estĆ”bamos acostumbrados a estar siempre montando algo, que cuando no lo hacĆamos he de confesar que nos aburrĆamos un poco.
Recuerdo una noche que invitĆ© a cenar a mi casa al “Genio de la LĆ”mpara”, A Toni y a mi nos gustaba todo lo que tuviera motor y ruedas, a Ć©l mĆ”s los coches y a mi mĆ”s las motos.
En diciembre antes de navidades, Pacha habĆa cooperado en la organización del Rallye d’Hibern, que por aquellos tiempos era el Ćŗltimo del campeonato, y el Ćŗnico que se corrĆa de noche.
Al correrse de noche toda la organización y avituallamiento se hacĆa en Pacha, con esto quiero explicar que estĆ”bamos un poco entusiasmados con el mundo de los rallies.
Mientras preparaba la cena, lo que a Toni le gustaba mĆ”s, eran unos huevos fritos con patatas, decĆa que jamĆ”s habĆa comido unas patatas fritas tan buenas, eso se lo debo a mi madre que las hace asĆ de buenas. Toni sentado en el sofĆ”, mirando la tele y chatarreando mis revistas del revistero, en el revistero solĆan haber revistas de coches y de motos.
Era un miĆ©rcoles por la noche, en la televisión no daban nada interesante por lo que lo vi mĆ”s centrado en una revista que tenĆa en la mano. Le digo: Toni a la mesa, que la cena estĆ” lista, Toni se viene a la mesa con la revista y me dice: -Mira, mira, dĆ”ndome la revista para que mire.
PonĆa en el titular de la pĆ”gina: WALTER RĆHRL favorito para ganar el Rallye de Montecarlo. Le devolvĆ la revista a Toni y le dije: -Anda, come que se te van a enfriar las patatas que tanto te gustan. Pero Toni seguĆa insistiendo. -Willy, hay que ir a ver el rally de Montecarlo, no podemos faltar, tenemos la oportunidad de ver en directo el AUDI 4 HB, eso para aquella Ć©poca era un “pepino” dos turbos, tracción a las cuatro ruedas, bueno para nosotros una maravilla.
Nos quedamos mirando el uno al otro, pero sin hacer mueca alguna, girĆ© la mirada a mi derecha, y vi la cara de mi chica con los ojos mirando hacia al cielo, pues nos conocĆa y ya se debĆa ver en Mónaco. ¿Has estado alguna vez en Mónaco?, le preguntĆ© a mi chica, pero haciendo un silencio para que mi decisión fuera mĆ”s Ć©pica, mĆ”s solemne, le dije: -pues vas a tener la oportunidad de conocer Mónaco.
Y AsĆ fue, llamamos inmediatamente a Joseinho, por aquel entonces era mi ayudante en las tareas de despacho en PachĆ”, y tambiĆ©n loco por todo lo que llevara ruedas. El vivĆa con sus padres, y conforme le iba diciendo que nos Ćbamos a Mónaco y que Ć©l tambiĆ©n debĆa venir, el iba repitiĆ©ndolo para que su madre lo oyera, la madre le gritaba: - ¿QuĆ© os vais a ver el Rallye de Montecarlo?, Dile a Willy que se deje de tonterĆas, la seguĆ oyendo a travĆ©s del telĆ©fono. Joseinho, en voz baja me dice: Lo que diga mi madre ni caso, contad conmigo. - ¿A que hora nos marchamos?
-A las doce en mi casa de Sitges, le dije.
Jueves por la maƱana, nos despertamos ilusionados, habĆa que preparar cosas para llevarnos, y nos centramos en llenar el maletero de provisiones alimenticias Ćŗnicamente, para no gastar mas que lo justo, pues Francia y Mónaco con respecto a la Peseta era una barbaridad de caro, aunque compraras un agua mineral.
Estaba acomodando las cosas del supermercado en el maletero del coche, por aquel tiempo tenĆa un Opel Kadet GTE, de color negro, serĆan las 11:30 de la maƱana, y veo que vienen por la acera Toni y Joseinho dando saltos y gritando: ¡Nos vamos a Mónaco¡!Ole Ole ¡. Pero, ¿ya estais aquĆ, si son las 11,30? Les dije.
-Es que estamos emocionados y querĆamos ayudarte por si querĆas que fuĆ©ramos a comprar algo contigo. -Muchas gracias, pero mi chica y yo ya hemos hecho todo, estĆ”is totalmente invitados, y vamos a pasarlo bien, que siempre estamos trabajando.
Salimos en cuanto estuvo todo a punto, recuerdo que nos paramos a comer en un Ć”rea de servicio, y gracias al pan de molde, al embutido y la fruta, nos apaƱamos una comilona digna para coger fuerzas, pues las Ćbamos a necesitar. Km, Km, y mĆ”s kilómetros, Ć©ramos tres con carnĆ© de conducir con lo que nos turnĆ”bamos y se me hizo cortĆsimo, No tengo ni idea de que hora era, pero cuando me quise dar cuenta estĆ”bamos aparcados en el Paseo Princesa Grace, Los cuatro Ćbamos con unos anoraks de color gris y piezas color vino, esos anoraks eran chulĆsimos, se habĆan hecho solo para el personal, y todos llevaban bordada en la parte izquierda del pecho el logotipo de Pacha Sitges.
Ya habĆamos vuelto a reponer fuerzas y andando nos fuimos hacia la plaza de la Opera, que es donde a las 21:00 salĆa el Rally, la etapa de esa noche, los coches se subĆan en la rampa, el sonido de los escapes atronador, azafatas vestidas de todas las marcas, nosotros vestidos todos iguales, y con nuestros anoraks parecĆamos de algĆŗn team, el team PACHA.
Por el camino habĆamos comprado en una gasolinera un mapa de carreteras de Francia y nuestra intención era ver el tramo del COL DE TURINĆ, pero nos encantamos tanto en la plaza de la Opera, que hicimos cĆ”lculos y no nos daba tiempo estar en el tramo puntualmente, todo y que durante la noche pasaban dos veces.
AsĆ que le dejamos a Toni la tarea de decidir en que tramo veĆamos pasar los coches.
ConducĆa yo, y Toni guiaba con el mapa, salimos de Mónaco y no se hacia donde fuimos, lo cierto es que cada vez subĆamos mĆ”s de altura, conforme hacĆamos kilómetros iba haciendo mĆ”s y mas frio, llegamos a pasar por unos semi-tuneles que estaban llenos de carĆ”mbanos, o estalactitas que me hicieron pensar y sufrir, porque algunas tenĆan mĆ”s de un metro, si se hubiera desprendido alguna nos hubiera daƱado el coche seguro.
Por fin llegamos al tramo, estĆ”bamos en la parte final, deberĆa haber nevado todo el dĆa pues habĆa nieve en los mĆ”rgenes de la carretera y en la montaƱa, una gendarme con un palito de luz, nos hizo seƱal para que saliĆ©ramos de la carretera y aparcĆ”ramos el coche, lo hicimos, y entramos al tramo andando, alguien mĆ”s entraba andando como nosotros, pasamos un par de curvas y vimos un pequeƱo puente, -Joseinho siempre muy racional nos dice: -Chicos aquĆ ya nos vale, nos podemos subir un poquito en la montaƱa y veremos como se lo montan para hacer la curvita del puentecito con la carretera medio nevada.
Nos encaramos a la montaƱa, los pies se nos hundĆan en la nieve, y al llegar al lugar perfecto decidimos aplastar la nieve debajo de nuestros pies, para hacer como un rellano cada uno y no resbalarnos montaƱa abajo.
Se acercaba la hora, la oscuridad lo llenaba todo, cuando de repente. Faltando uno o dos minutos para que pasara el primer coche: Flash, Flash, se encienden unos focos que dejan hasta donde nos alcanzaba la vista todo sĆŗper iluminado, la curvita del puente se veĆa de forma impecable.
Quedamos con la boca abierta, atónitos, inmediatamente que se encendieron los focos pudimos ver que la montaƱa estaba abarrotada de gente, no se la cantidad, pero muchĆsima gente que con la oscuridad no habĆamos reparado que estaba allĆ.
Los franceses se lo montaron de maravilla, en diferentes partes del trazado habĆan acampado unos Motor-home, llevaban un generador cada uno de ellos y un mĆ”stil con focos como de campo de futbol, desconozco si eso era de la organización o forofos que aportaban su ingenio, pero a nosotros nos vino de maravilla, pasaron los dos coches cero y doble cero que indicaban que venĆa el primer coche.
El primero en pasar fue Walter Rƶhrl con su Audi quatro, esponsorizado por los cigarrillos HB, llegó a toda velocidad a la curvita pequeƱa del puente y sin derrapar siquiera, se pasó la curva a toda pastilla. Nosotros no nos lo podĆamos creer que estĆ”bamos allĆ, viĆ©ndolo en directo, que un par de horas antes estĆ”bamos frente al casino de Montecarlo, nos mirĆ”bamos y sonreĆamos felices. Llega el segundo coche, era un Renault 5 turbo, no recuerdo quien lo conducĆa, pero el coche era ese Renault 5 que nunca se homologó en EspaƱa, uno que llevaba el motor en la parte trasera y era solo de dos plazas. Ese no llevaba tracción a las cuatro ruedas, pero paso la curvita del tĆŗnel totalmente cruzado y dando contra-volante.
Mi chica me miró a los ojos y me dijo: -Willy, esto si es un Rallye de verdad. Y vino otro coche y otro coche, y nosotros al estar dentro del tramo no nos podĆamos marchar hasta que pasara el Ćŗltimo. Ya no sabĆa como ponerme, el rellano de nieve ya no servĆa para sostenernos, hicimos como un asiento de nieve y allĆ sentados como cuatro tontitos viendo pasar Fiat 127, y Peugeot 205. El rallye muy bien, pero los primeros diez coches, los que les siguen bien, pero ya no nos dejaban con la boca abierta.
AllĆ seguĆamos hasta que por fin pasó el Ćŗltimo, nos dimos cuenta de que debió ser el Ćŗltimo porque al pasar se apagaron esos focos que iluminaban perfectamente ese trozo de tramo. AsĆ que bajamos a la carretera, pero los que estaban en la montaƱa y que habĆan llegado antes que nosotros tambiĆ©n, de repente la carretera se iba llenando de personas y mas personas. - ¿Donde van?, les pregunto a los chicos, -Willy van a por sus coches, que los deben tener aparcados donde nosotros.
Que va, algunos estaban aparcados donde mostros, otros en una parcela entes, otros en la parcela posterior habilitada para tal efecto. ¿Que quiero decir con eso? -Que no os podĆ©is ni imaginar lo que supuso salir de allĆ, peor que en Jerez cuando acaban las carreras.
Era ya viernes, sobre las tres de la madrugada, ni me acuerdo de la vuelta, creo que mi mente no se quiere acordar, el cansancio era mayĆŗsculo, en el maletero apenas quedaban provisiones, asĆ como para la ida nos peleĆ”bamos para conducir, cuando habĆa que relevar al conductor que se dormĆa, todos nos hacĆamos como se dice “los suecos”, nadie querĆa tomar el volante.
El que tomaba el volante duraba poco mas de treinta minutos porque le entraba sueƱo y eso si es sagrado, no se puede conducir con sueƱo, la vuelta la recuerdo interminable y muy pesada pero no tenĆamos otra opción, a las CINCO de la tarde debĆamos estar en Pacha para preparar la discoteca para el fin de semana. Y jamĆ”s habĆamos llegado tarde a esa cita.
Moraleja, nada es lo que parece, lo Ćŗnico que fue destacable, fue la Aventura, la OsadĆa, el Atrevimiento, el CompaƱerismo y la Responsabilidad de que pese haber llegado a las 13 horas del medio dĆa estuvimos a las cinco de la tarde como era de esperar de un equipo comprometido.
ContinuarĆ”
(Basado en hechos reales)
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