ERAMOS POCOS Y..."ABRIÓ LA ATLÁNTIDA"


discoteca la atlantida


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Si bien en los primeros capítulos los recuerdos os los he escrito de forma cronológica, a partir de este ya no serán exactamente cronológicos si no que serán según la inspiración del día en que los recuerde.

LA ATLANTIDA, se abrió en Julio de 1.981, si es cierto que un año antes abrió como club de socios, con restaurante, mini discoteca interior y espacio para tomar el Sol. Pero mientras funcionaba como club de socios el propietario iba preparando un plan que daría y dejaría muchísimo que hablar en le Vila de Sitges.

Un lugar idílico sin ninguna duda, quizás único en todo el mediterráneo, al pie del mar y situado más allá del club de golf, de dudosa legalidad, bueno, sin pelos en la lengua, mejor dicho, sin ninguna legalidad.

Recuerdo pasear aquellos sábados, aquellos que hacia solecito, por la mañana, por donde instalarían la discoteca, lo hacía con una novia que tenía por aquellos tiempos y desde siempre le había dicho que ese lugar era el mejor lugar para realizar la discoteca perfecta, también es cierto he de reconocerlo, que Ricardo muchísimos años antes que yo, ya se le había ocurrido esa misma idea.

Principio de verano de 1981, ya oíamos hablar de la inauguración, recuerdo haber comentado mi preocupación, la cual trasladé tanto al Sr. Director como también al socio de Ricardo, Tito Clarasó (no os he hablado aún de Tito pero no quepa duda que lo haré, pues se lo merece y además porque también formó parte de mi vida muchos años). Yo insistí por pasiva y activa sobre mi preocupación en cuanto abriera la Atlántida. Pero no hubo forma de hacerles tomar conciencia alguna.

Noche de verano en La Atlántida


Una semana antes de la Inauguración de LA ATLANTIDA, el Pachá de Sitges ese sábado fue de lleno total, apoteósico, record de la vida en la puerta, y record de la vida en cada una de las barras, nadie se podía esperar lo que nos esperaba.


A la semana siguiente abrió esa discoteca, y fue lo jamás visto, exitazo total, en cambio en el Pachá, nos quedamos a dos velas, peor que eso, no vino nadie, cuando digo nadie es nadie, para no aburrirnos jugábamos a los dados entre el personal, pues imaginaros el aburrimiento y la cara de no entender que estaba pasando, la verdad es que a mí no me extrañaba nada, de hecho, lo venía advirtiendo. A esa altura de la temporada abríamos cada día de la semana, y así fue la tónica, La Atlántida llena, y el Pachá vacío.


Recuerdo una tarde que vino Ricardo a darnos ánimos, aunque creo que los ánimos los necesitaba él, el año 81 fue muy malo para el Pachá de Sitges y también para el de Ibiza, pues se acababa de abrir la discoteca “ku”, otra dudosa legalidad, pero que sin ninguna duda triunfó como la Coca-Cola en Ibiza. Ricardo asumiendo los daños colaterales que eso significaba nos dió la orden específicamente de: Regalar todo, invitad todo, pero no dejemos que nos pasen por encima. Pero ni así.


En aquella época ponía la música y me ocupaba también de las tardes, suerte de lo bien que funcionaban las tardes, no quiero pensar que hubiera sido de nosotros sin las tardes, así que decidí aportar lo que pudiera estar en mi mano para minimizar el estropicio que se avecinaba, cada noche cenaba unos sándwiches en una cafetería al pie de la Iglesia de Sitges, mientras cenaba, entre mi chica y yo marcábamos todas las invitaciones necesarias para esa noche, después de cenar subíamos al Pachá, dejaba a mi chica que era la que se ocupaba del guardarropía, yo cogía mi moto y las invitaciones, y hasta las 02 de la mañana, me iba hasta Calafell, pasando por hoteles y campings con los que había concertado que nos mandaran gente.


Esa decisión la tomé después de bajar una noche a la calle del pecado con el fin de captar guiris, esa vez pude ver que la gente se me acercaba, veían que las invitaciones que llevaba en la mano eran de Pachá y me decían:

- Atlántida?
- No, no,  Pacha.
- Ahhh no, Pachá no interesa. - me decían los guiris.


Jolines, pues sí que lo teníamos mal, todos preferían ir a La Atlántida pagando en vez de subir al Pachá gratuitamente.


Intentamos todo, incluso una de las barras la alquilamos al dueño de uno de los bares más relevantes de la calle del pecado, bar que era sin ninguna duda el mejor y que siempre estaba lleno, entendiendo que podría ser una buena forma de captar su clientela, pero no, su clientela, incluso sus amigos más cercanos lo dejaban plantado y se iban a la Atlántida


La verdad es que no era nada extraño, una discoteca en la que el techo eran las estrellas, y el aire acondicionado era la brisa marina, y para colmo de los más calurosos, en diferentes momentos de la noche, unos chorros de agua como fuentes, ponían a toda la clientela de la pista perfectamente empapados en agua. En cambio, en Pachá nuestro aire acondicionado era justito, era bueno sin duda, pero las noches calurosas de verano llegaba a duras penas.


Llenamos a tope esa temporada un par o tres de noches, pero eso fue porque de madrugada se abrió el grifo del Cielo y empezó a llover como llueve aquí en verano, y claro, todo el mundo que estaba en la Atlántida corriendo para el Pachá para no mojarse.


Recuerdo una tormenta de las muy grandes, fue tal la tormenta que de madrugada la totalidad del pueblo por culpa de los relámpagos se quedó sin electricidad, todo el pueblo a oscuras. ¿Sabéis donde si había luz?, pues como podéis imaginar en La Atlántida, parecía que nos había mirado un tuerto.


Así transcurrió el verano, rezando que lloviera y haciendo km. cada noche con mi moto ya que era la única forma que podíamos juntar unos pocos cientos de personas. Sensación de impotencia total.


Esa situación y alguna otra más acabó con la carrera del Sr. Director de la época. Para la primavera del 82 me tocó sustituir al Sr. Director, en mi opinión creo que para él fue un alivio, había vivido lo mejor y el futuro se presentaba como muy poco prometedor.


Ósea, éramos pocos y Abrió La Atlántida.



PD. En la siguiente temporada me tocó dirigir la discoteca, convirtiéndome en el Director más joven que ha tenido jamás el grupo, que se sumaba al honor también de haber sido Disc-jockey más joven.


En el próximo capítulo os contaré como soñaba noche tras noche, en mis sueños venía una ola gigante, un tsunami por ejemplo y se llevaba esa “maldita” discoteca.




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@WILLYPACHA