ENTREVISTA A WILLY SERRA

Willy Serra entrevista




ENTREVISTAMOS A WILLY SERRA

Periodista. – Willy, queremos conocerte un poquito mejor, hemos leído tu blog y nos parecen muy interesantes tus historias, ¿Qué te parece si nos contestas algunas preguntas?

Willy. -Por supuesto, estaré encantado de hacerlo.
Periodista. - ¿La afición por la música de donde te viene?

W. -Cuando era un niño en casa de mis papás había un “toca-discos”, era muy vintage, aún recuerdo la marca, se llamaba Exacta, era de mi papá, él tenía montones de discos de música muy buena, Luis Armstrong, Sídney Bechet, Tutti Camaratta, Glen Miller etc. etc. Pero yo sólo utilizaba el “toacata” al principio para escuchar dos discos, el primero era un sencillo de 45. Rpm, que en una cara tenía el cuento de Pulgarcito y en la cara B tenía El Flautista de Hammelin, y el segundo disco era un LP de 33 rpm que llevaba  el cuento entero de La isla del Tesoro, al principio sólo abría el “toacata” para escuchar mis cuentos, pero dos cuentos me sabían a poco y cada vez me iba introduciendo un poquito más en la música que tenía mi papá.

P. -Entonces podemos decir que la afición por la música es una herencia de tu padre, o podemos decir que: ¿esa afición te llevó con el tiempo a ejercer de disc-jockey?

W. -Bueno esa sola no fue la única razón, por supuesto que tener una buena cultura musical fue determinante, incluso heredada, pero cuando empecé a frecuentar las primeras discotecas con amigos y amigas, no me solía gustar mucho bailar, me daba vergüenza, bueno, los lentos no me los perdía nunca, pero durante mucho rato observaba como hacían su oficio los djs de la época. También ocurrió que me hice amigo de la chica de la tienda de discos, porque ella me asesoraba, era muy guapa y cada semana por ir a verla me compraba algunas de las novedades.

P. – ¿Y de repente te contratan en tu primera discoteca?

W. -Que va, no fue así de fácil, por aquel entonces, sobre 1974 tenía una novia que estudiaba 6º de Bachillerato en el Instituto, yo en cambio estudiaba en la Escuela Industrial, y una de esas tardes donde yo esperaba o ayudaba a hacer los deberes a mi chica, esa tarde estaba escuchando música a bajo volumen para no molestar, mientras mi novia y sus amigas oía que hablaban de recaudar fondos para poder sufragar el viaje de fin de curso, yo escuchaba Jacques Brel, Moustaky o Serrat, escuchaba las canciones pero también a la vez escuchaba lo que pensaban hacer esas chicas para recaudar fondos para el viaje, una decía, haremos una cesta de navidad, otra decía, que si vender lotería de navidad, que si una obra de teatro etc. Yo estaba tirado en el suelo encima de la alfombra escuchando a JM Serrat, de repente me levanté, las interrumpí y les dije: - ¿Y si hacemos baile y a todos los que vengan les hacemos pagar entrada?. Me miraron todas con cara de asombro, y se hizo un silencio, me puse colorado, pensé que había dicho una gran tontería, pero a los pocos segundos la más decidida me dice: -Willy, a ver, ¿Baile? y ¿Cómo?, ¿dónde?.
Yo no tenía ni idea, pero se me presentaba la oportunidad de poderme estrenar como DJ aficionado, con publico de verdad, y rentabilizar lo que iba invirtiendo periódicamente en esos discos que me compraba todas las semanas, así que les dije: -No os preocupéis, yo os lo monto todo, porque si tenéis que iros de viaje seis clases de sexto a cuarenta alumnos por clase, ya podéis prepararos para venderles papeletas de la cestita a todo el pueblo.

P. -Y que hiciste, ¿organizaste un baile en el gimnasio del instituto por ejemplo?

W.-Para nada, lo primero que hice fue proponerles la idea a mis amigos y compañeros de la Escuela Industrial, nosotros  teníamos la misma edad que ellas pero éramos como más echados "palante", y empezamos a pensar, ¿donde podríamos encontrar un  lugar que fuera el apropiado?, uno dijo, -hay una sala muy antigua al lado del Hospital, nuestros padres iban a bailar cuando eran jóvenes, se llamaba LA SALA, después se llamó Salón Marfil, esa sala está cerrada, ¿y si vamos y preguntamos?
Fuimos y estaba cerrada, pero en una marmolistería que estaba al lado, nos informaron que la sala estaba cerrada pero había un grupo-orquesta de músicos mayores que la hacían servir como local de ensayo, esa orquesta se llamaba Los Saturnos. No lo hacían nada mal, tuve la oportunidad de escucharlos ensayar muchas veces después.

Contacté con ellos, y les conté que las chicas de sexto de bachillerato del Instituto, con el fin de de recaudar fondos desearían hacer baile, a ver si podían enseñarme la sala.

Al rato me habían abierto LA SALA, era una sala enorme, un escenario con suelo de madera, cortinas y un “back-stage” donde habían dos platos Garrard, un mezclador y tres botones para las luces de la pista, uno azul, otro verde y otro rojo. Todo muy simple. Pero eran tocados con maestría por mi amigo Josep Aliaga.

Parecía bien, no pudimos probar el sonido porque no llevábamos ningún disco, la pista estaba situada en el mismo centro de la sala y en los laterales habían dos gradas muy amplias con mesitas y sillas.

La entrada parecía más la entrada de un cine que la de una discoteca, pero es lo que había. Bien me parece bien, y ¿que deberíamos pagarles? -Pues si os parce bien 3.000 pesetas por sesión. -Perfecto, pues haremos dos sesiones una el 25 de diciembre por la tarde y la otra 1 de enero también por la tarde les dije.

P.- ¿Y lo viste así de claro a la primera?

W.-No vi nada claro, pero era un gran reto y había que superarlo, de forma que se lo comuniqué a mis amigos de la escuela industrial, principalmente para ver si podía contar con su ayuda, y como me dijeron que si, esa misma tarde se lo comunicaba a mi novia y a las chicas del comité del viaje de fin de curso, la verdad es que estaban encantadas con la idea, aunque por supuesto lo que más les hacía gracia creo, era la idea de recaudar el dinero de esas dos sesiones. Y no tener que ir vendiendo numeritos por las casas.

También es cierto que tenían un solo reparo, ellas no se atrevían con todo el montaje que eso significaba, pues no lo habían hecho nunca antes, nosotros tampoco, pero yo las tranquilicé diciéndoles; que ellas no tenían nada de que preocuparse, que mis amigos y yo éramos muy capaces y muy eficaces.

En los ratos de descanso, en el bar de la escuela industrial íbamos armando el equipo, unos se ocuparían de la puerta, otros de la taquilla, un amigo con experiencia de camarero lo pusimos encargado del bar. Me fui a ver los señores de Coca-Cola y me hicieron los posters totalmente gratis, pusimos los posters por todo el pueblo y a rezar que viniera gente.

Vinieron unas seiscientas personas a cincuenta pesetas cada una con consumición incluida, éxito total, fue divertidísimo y encima hicimos una recaudación de treinta mil pesetas, recuerdo al hacer la caja todo eran monedas de cincuenta y veinticinco, nos costó mas de dos horas contar todo el dinero, después pagar a cada uno de los que habían trabajado y a los dueños del local.  La diferencia era para las chicas del Instituto. Y yo, me fui a casa mas contento que unas pascuas, y el día uno de enero fue otra vez otro éxito, incluso  diría que mas grande que el primero, pues al parecer  se había corrido la voz.

Bueno, la cosa es, que le pillamos el hilo, nos seguía toda la juventud de todo el pueblo, así que, finalizadas las fiestas de Navidad, decidimos seguir haciéndolo todos los domingos por la tarde, dejábamos vacíos los demás locales, los empresarios estaban deseando que se fueran de viaje de fin de curso de una vez, los chicos y chicas de sexto.

P.- Supongo que las chicas deberían estar encantadas con vosotros, ¿recaudaron dinero suficiente?

W. -Fíjate si recaudaron dinero suficiente, que se fueron de viaje una semana entera  a Palma de Mallorca, en semana santa, que es más caro, y con todo pagado, y todas las clases con sus respectivos profesores, no pagando nada de nada, contentísimas, y los propietarios de la sala súper contentos, una sala que estaba cerrada y que ahora cada domingo, ellos  sin hacer nada de nada, pues hasta de la limpieza nos ocupábamos nosotros, ellos paraban la mano y cobraban tres mil pesetas. Y nosotros, los chicos de la escuela industrial éramos los artistas de la película, éramos los que habíamos hecho posible ese milagro.

P. -Entonces se puede decir que tu estreno como dj ¿fue también tu estreno como productor de eventos, se puede decir así?

W. -Bueno una cosa llevó a la otra, pero ninguno de nosotros hasta ese momento lo hacíamos por dinero, lo hacíamos por la ilusión de poder llevar a cabo el reto, por pasarlo bien, por el reconocimiento de nuestros amigos y amigas, y sobretodo si obteníamos éxito, pero,  ¿sabes que pasa? Que el dinero es muy goloso.

P. - ¿Que quieres decir con que el dinero es muy goloso?

W. -Pues que nosotros con poco ya estábamos contentos, teníamos sólo dieciséis años, en casa no nos faltaba de nada, lo que ganábamos un domingo era como una propina. Lo que pasaba es que todos sabíamos lo que recaudábamos cada domingo, ellas acabaron en semana santa, y el baile de todos los domingos siguió y siguió después de semana, solo que en vez de recaudar fondos para las chicas del instituto, a partir de entonces recaudábamos fondos para irnos de viaje nosotros, nuestras clases de la escuela industrial, nuestro viaje de fin de curso también fue a Palma de Mallorca, pero fuimos en el mes de junio, con todo pagado, fíjate si había dinero, que los profesores, no tuvieron que poner de su bolsillo ni tan sólo una peseta para un taxi.
Al regresar del viaje de fin de curso, me llamó el dueño de la sala, el que paraba la mano cada domingo, el que yo le daba tres mil pesetas, y me dijo: Willy, esto no podemos parar de hacerlo, tenemos un éxito brutal, y creemos que hay que aprovecharlo.
-Vale, y ¿que sugiere usted?, le dije. Y él me propuso que la recaudación a partir de ese momento sería, un día para los dueños de la sala y al domingo siguiente para Willy y sus amigos, era como si nos hubiera dicho a medias, pero lo dijo exactamente en esos términos, pues imagínate, un domingo si, y otro no, recaudábamos nosotros, cuando digo nosotros,  quiero decir que éramos sólo los cuatro que nos encargábamos de la película, ya no había que sufragar el viaje de nadie. Con lo cual,nos repartíamos tal cantidad de dinero, o al menos a mí me lo parecía, que, para que mis padres no pensaran mal o me lo quitaran lo escondía enterrado en una bolsa de plástico en el torrente al lado de mi casa.

P. -Y que pasó, ¿os forrasteis?

W. -Que va, eso duró poco, el empresario que tenía la mejor discoteca del pueblo, viendo que seguíamos haciéndole la competencia domingo a domingo,  me vino a ver y me dijo: -Willy, ¿quieres pinchar en el Shailor?  Te prometo que me quedé pasmado, no sabía que decirle, imagínate,  la discoteca en la que me había pasado horas mirando, y aprendiendo  como lo hacían, ahora me requerían para que pinchara allí, no me lo podía creer, la idea era muy atractiva, así que acepté, acepté sabiendo incluso que trabajaría pinchando  todas las tardes, y por supuesto no ganaría ni la mitad de dinero que haciendo de empresario en LA SALA.

P.- ¿Y fuiste capaz de tomar esa decisión? Te fue difícil tomarla o ¿lo tuviste claro?

W.-No me fue nada difícil tomar esa decisión, primero debía comunicárselo a mis amigos de la película, que les dije que continuaran sin mi, eso por un lado, por otro, ya nunca más tendría que enterrar el dinero en el torrente, pero fundamentalmente me había ganado el honor de pinchar en la discoteca de moda, y también me había ganado un publico, que sin duda regresó al Shailor una vez dejamos de hacer baile en la Sala.
El Dueño de la discoteca obró con inteligencia, si no puedes con el enemigo, únete, así que debió pensar, me traigo al cabecilla y se acaba la competencia. Y así fue
Yo, de verdad que lo hacía con muchísima ilusión, implicándome al máximo, como si me fuera la vida en ello, pues la ilusión es lo que mueve el mundo, tal  y como dice un gran amigo mío muy sabio.


P. -Tengo más preguntas, ¿vamos a comer y seguimos después?


Continuará

4 comentarios:

  1. Quiero saber más de esta última historia!! 😯

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  2. Invito a cualquiera de vosotros y en especial si viviste esos tiempos a comentar lo que queráis, puede ser divertido.

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  3. No hagais un “intermarche” y seguid contando que paso despues

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@WILLYPACHA