"FIESTA DE LA PLAYA" - PACHA SITGES

fiesta de la playa en pacha sitges años 70 willy serra


ESCUCHAR FIESTA DE LA PLAYA
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La fiesta de la playa era una fiesta clásica de Pachá Sitges, que ya hacíamos en los años setenta, era una fiesta muy esperada todos los veranos, el montaje era muy espectacular, éramos capaces de llenar toda la discoteca de arena de la playa. La arena la traíamos en camiones desde Gavá, afortunadamente todo el personal se involucraba al máximo, es más sin esa involucración no hubiera sido posible, eran toneladas de arena que los camiones descargaban delante de la fachada y después con la ayuda de palas y carretillas íbamos entrado la arena, una vez dentro la esparcíamos por todo el suelo.

En la pista de baile, como era de parqué, poníamos unos plásticos pegados con cinta adhesiva de doble cara para proteger la madera.

El resultado era, que no había ni un solo cm cuadrado de la discoteca al que faltara por cubrir por esa arena fina y blanca. Una vez esparcida la arena dentro lo hacíamos también en la terraza exterior.

En los años 80 la terraza exterior estaba dotada de baldosas de arcilla que también cubríamos de arena pareciendo una verdadera playita particular, en esa entrada montábamos también una piscina, para media tarde ya habíamos acabado con la tarea de la arena y sólo nos faltaba montar la piscina.

La piscina era de Nalón azul, tenía una estructura de aluminio decagonal consiguiendo una piscina casi, casi redonda, de unos 6 metros de diámetro, no teníamos ni idea como era el montaje y la verdad es que eso la primera vez nos llevó un par de horas, yo me iba poniendo nervioso porque el tiempo pasaba y aún faltaba llenar de agua esa maldita piscina.

El genio de la lámpara me decía: -Willy, tranquilo que esto lo tenemos a tiempo. No estoy tranquilo Toni, la piscina una vez la montes ya verás para llenarla de agua lo que vamos a tardar.

La piscina quedó montada sobre las siete de la tarde y con una manguera nos dispusimos a llenarla de agua. Mientras se llenaba de agua nos dedicamos a poner la decoración interior. Pusimos hamacas, sombrillas, enfocamos focos blancos en esas zonas para que pareciera el Sol, y en el pasillo de entrada montábamos unas paraditas hippies, eran para los mismos “paradistas” que había en el paseo marítimo durante el día y que les habíamos convencido para que pusieran su paradita en la discoteca.

El agua seguía fluyendo y llenando la piscina, pusimos también los que hacían dibujos con retratos y para que no faltara de nada incluso teníamos un par de vendedores de polos y helados que gritaban “ Ice chocolat & vanille”. Parecía que lo tendríamos todo a punto.

Siempre que había un montaje de ese tipo pasaba angustia, angustia por tenerlo todo apunto para la hora de abrir, no en vano alguna de esas fiestas solo me había dado tiempo de ducharme y volver a subir, eso sin contar alguna vez que me había duchado en la ducha del despacho para no perder tiempo.

El personal había decidido ir en bañador los chicos con gorrito de mimbre y las chicas con bikini y pareo, todos estaban divinos de la muerte, se iban despidiendo poco a poco pues se iban a sus casas a cenar para volver después.

El genio de la lámpara enfocando focos y sujetando sombrillas en las zonas que habíamos puesto las hamacas, de pronto, me acuerdo de la manguera que habíamos dejado llenando la piscina en la entrada, me acerqué para ver como iba el llenado y casi me muero del disgusto, eran ya sobre las nueve de la noche y la piscina tenia solo dos palmos de agua, ósea le faltaba mas de un metro por llenar.

¡Virgen santa! Vaya ridículo íbamos a hacer con una piscina tan grande y dos palmos de agua, llamé a Toni, -Ves fuera y mírate la piscina, solo tiene dos palmos de agua, Toni regresa y dice como siempre: -Willy, no te preocupes, el siempre tenía solución para todo, llamaremos a una cuba y que nos traiga agua. Lo que pasaba es que no se había percatado de la hora que era y encima era viernes, ósea no había cuba, así que le digo que desmonte la piscina ya que sería mejor idea que tener la piscina sin que los clientes se pudieran bañar.

Toni, a regañadientes se va a por las herramientas con el fin de desmontar la piscina. En eso que oigo una voz que dice, apartaros, apartaros y lo veo llegar con la manguera contra-incendios, pone la manguera dentro de la piscina y nos dice: Sujetadla bien fuerte que voy a abrir el grifo de paso.

¡Buenooooo! Empecé a ver como esa manguera se iba llenado y se retorcía como una serpiente, empezó a salir agua por la boca con un caudal tal, y una presión tan alta que hacían falta mas de una persona para sujetarla.

La piscina se lleno en un periquete, por fin respiraba y aunque justito, pero al abrir la teníamos completamente llena.

Empezaban a llegar los clientes, los primeros vestidos como si en vez de venir a la fiesta de la playa hubieran acudido a la misa de doce, más tarde empezaron a venir los guiris, unos en las hamacas, otros en toallas sobre la arena, muchos de los que habían vestidos ya no iban vestidos, debajo por lo visto llevaban bañador, y las chicas bikinis.

La piscina allí, llena y sola, todo el mundo miraba la piscina, pero nadie se atrevía, alguno ponía la mano como comprobando la temperatura, no estaba para nada caliente, estaba más bien fría, era agua de las cañerías y además no le había dado el sol durante el día.

De repente llega una chica de la que me acuerdo perfectamente, era una chica Suiza, morena, especialmente morena de piel sin llegar a ser mulata, me acuerdo haberme fijado en ella pues bailaba siempre debajo de la cabina y solía bailar muy bien, mejor dicho, cuando bailaba llamaba muchísimo la atención del publico en general. La chica se acerca a la piscina con toda la naturalidad del mundo, como si fuera lo mas normal que había hecho en la vida, se saca el vestido que llevaba por los pies, quedándose en tanga y nada más, no era muy alta por lo que necesitó subirse a una de las mesitas y sin cortarse ni un pelo se zabulló en la piscina, unos aplausos de todos los que estábamos mirándola y otros gritaron ¡bravo! ¡bravo!.

La morena había abierto la lata, no había pasado ni dos minutos que ella había estrenado la piscina, que ya habían dos franceses de los que iban en bañador haciéndole compañía. Después de los franceses se sumaron los italianos, al principio habían más chicos que chicas, pero al rato la piscina parecía mas un jacuzzi multitudinario de una sauna que una piscina, juegos y mas juegos y cada vez que se tiraban a la piscina rebosaba el agua, y yo pensaba, si supieran lo que nos había costado llenarla.

La noche estaba siendo un éxito, ambientazo general, chicos y chicas guapísimos y guapísimas, la venta de entradas iba genial, todo transcurrió sin problemas, nadie se hizo daño, cosa que también me preocupaba y la noche llegó a su fin con la satisfacción de haber llevado con éxito una de nuestras fiestas veraniegas más emblemáticas.

Continuará
(relato completamente basado en hechos reales)

PD. El tiempo me a llevado a tener memoria selectiva, recordando aquello que mi memoria quiere y desea recordar, mi memoria no quiere recordar la dificultad que tuvimos al día siguiente para reconstruir la discoteca, sacando la arena, vaciando y desmontando la piscina. Serán cosas de la edad.  




2 comentarios:

  1. Como siempre, interesante relato.
    Lo de "la memoria selectiva" ha estado muy bien 😊, a pesar del esfuerzo un@ se queda con lo bueno.
    Ha resultado divertido el modo en el que lo has dicho, pero no cabe duda de que todos lo hacemos.

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  2. ha tenido que ser una experiencia, tal como lo dices, inolvidable!! genial Willy! jaja

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@WILLYPACHA