COMO DESAPARECIERON LOS LENTOS

Este capítulo nos sitúa en el año 76, todas las discotecas tenían en su repertorio una tanda de música lenta y Pachá en aquella época tampoco era diferente.


Sobre las 2:30 h cada noche tocaba sin ninguna duda poner esas canciones románticas que principalmente, servían para acercarnos los chicos a las chicas y como no las chicas a los chicos.


Cuando llegaba el momento bajábamos la luz buscando un poquito de intimidad incluso en la pista, bajábamos también el volumen del sonido para que también se pudiera hablar a la pareja, aunque fuera al oído. En la primera canción ya salían varias parejas, eran parejas que ya se conocían, habían chicas que se sentaban en los pufs alrededor de la pista como si realmente estuvieran en un escaparate.


Otras corrían apresuradamente al lavabo para darse un toque en el pelo, en el maquillaje y acicalándose lo máximo que podían para parecer más atractivas.


Los chicos circulaban uno detrás de otro en la misma dirección pasando entre los pufs y la pista observando a las chicas, eso me llamaba siempre muchísimo la atención, pues siempre circulaban en la misma dirección, igual que en los autos de choque, intentando detectar una sonrisa, una mueca o un gesto que les permitiera decir. 

- Bailas?

Normalmente los chicos se llevaban puesto un NO la mayoría de veces, las chicas estaban esperando que les pidiera para bailar ese chico al que le habían echado el ojo, circunstancia que no siempre se daba.


La verdad sea dicha a mí me cortaba bastante el “rollo” la gente se lo estaba pasando en grande con la música normal y cortar de repente para poner música lenta me parecía un poco retrógrado.


Si llegábamos a las 2:35 y aún no había iniciado la tanda de música lenta venía el Sr. Director corriendo a la cabina, con un dedo me señalaba la hora del reloj, queriendo decir que ya era la hora de los lentos.


Yo ponía de verdad una cara de circunstancias que más bien parecía un poema, pero lo hacía. Tampoco tenía otra opción. Aunque no de buen grado, solía poner unos treinta minutos, esto depende de las canciones daba para poner unos siete u ocho temas.


Mientras algunos se acercaban a la cabina y me preguntaban.

- Falta mucho? 

Normalmente eran los que después de tres vueltas al círculo de la pista les habían dado calabazas todas las chicas a las que había preguntado.


Yo sabía que había que acabar con eso, pero no era capaz de encontrar la fórmula pues el Sr. Director venía siempre con el dedo en el reloj recordándome que era el momento de los lentos.


Una noche probé a poner veinticinco minutos y no me llamaron la atención, así que a la próxima semana lo probaría con veinte minutos, tampoco me llamaron la atención así que durante unas semanas ponía una tanda de lentos de veinte minutos.


Pero seguía cansándome el tema y me seguía cortando el “rollo “ no os podéis imaginar hasta qué punto, así que probé una noche a poner quince minutos y otra diez minutos.


Una noche después de varias noches poniendo solo diez minutos de lentos intenté ver qué pasaba si cuando llegara lo hora me hacía el “loco”, el corazón en un puño pues no quería llevarme un rapapolvo del Sr. Director. Y yo no sé si esa noche estaba distraído con otra cosa, pero el caso es que no me dijo nada.


Al acabar la noche sí que dijo, me preguntó.

- Has puesto lentos?
- Por supuesto. - le contesté y me fui deprisa para casa.

A la semana siguiente hice lo mismo y no pasó nada, y a la otra también. Ya hacía varias semanas que omitía los lentos cuando llegan las 2:30 h. y veo al Director apoyado en la pared lateral de la cabina hablando con una chica muy guapa. Entonces pené "Creo que hoy no voy a poder pasar de los lentos". Voy bajando la luz como indicando que venían los lentos, enciendo los metaquilatos de forma suave, el Director que se percata y me dice:

- ¿Qué vas a hacer ahora?
- Pues poner los lentos.

Se echa a reír en mi cara, me dice:

-“Nen” ya hace semanas que no pones los lentos, es que te crees que no me he dado cuenta, aunque no te haya dicho nada?...

Cara de niño que ha hecho una travesura y que lo había pillado, pero para mi sorpresa me dice:

- Continúa con la marcha, dales todo lo que puedas.

Y así es como nunca más se volvieron a poner lentos en EL PRIMER PACHA DEL MUNDO, el resto de discotecas nos imitaron muchísimo más tarde, la gente que venía a Pachá, decía:

- La música es una pasada, la mejor sin duda, y no ponen lento en toda la noche.

Y así es como fue el final de los lentos en Pachá y marcamos una tendencia que aún impera en todos los locales.